Artifice de mi propia destrucción

viernes, 17 de mayo de 2013

Criminal

Invisible, prácticamente, un eterno invisible, quizá este rozando mi estado de locura, quizá esté a punto de cruzar el cerco. Sin embargo, he de mencionar que el verdadero ciego aquí eres tú. Hemos mirado siempre con insistencia cómo el valor del mundo sensible es un todo para el ser humano, donde el que no tiene nada, no es nadie, y es totalmente invisible a una sociedad cada vez más cruel consigo misma. Hemos llegado a tal grado de irracionalidad, a tal aberración, que hemos llegado a usar una criba entre nosotros, entre la propia raza humana, y esto no saca más que el lado más oscuro de la vergüenza común, mostrando meros prejuicios los unos a los otros, escupiendo todo lo que envidiamos y de lo que carecemos

Pese a ello, no hay símbolo de protesta hacia tal indignación, incluso aunque haya más perjudicados que beneficiados, más mujeres que hombres, más pobres que ricos... Estoy seguro que un 80% no se pronuncia debido al temor de su propia sociedad, a ser ajusticiados por leyes retrógradas que anulan derechos tan esenciales como el de expresión y pensamiento. Ante el miedo que se sufre es normal observar que este porcentaje baje la cabeza, mire para otro lado, y continúe revolcándose entre ese fango viscoso y pútrido en el que se encuentran. Llegamos a una escala de fatalidades, con un tono ascendente, donde, un 10% llega a ser asesinado por su propia sociedad, por no hacer "lo que hacen todos, lo que hacen las masas", y tras ser ejecutados, estas personas en el ámbito internacional quedan como héroes desconocidos ¿Sabe alguien que hizo Gandhi? ¿Y Martin Luther King? Sabremos sus nombres, pero desconocemos por completo sus actos, sus intenciones, su historia. Terminamos con ese 10% restante, que completa ese 100% incomprendido, en el que no se llega a luchar por una vida mejor, dado que han observado lo que la sociedad es capaz de hacer, y que quedarse parados como la mayoría no forma parte de sus principios. En medio de la desesperación y la inquietud, la sensación de desilusión y la falta de alternativas acaba por conducirles al fatídico acto del suicidio, acto honorable en un pasado determinado, acto de cobardía juzgado por la opinión pública actual, aunque, sinceramente, resulta tan cruel no ponernos en la piel de  quién lo ejecuta. Vivir en una sociedad injusta, es algo que debería ser indeseable hacia una persona, por mucho que se lo merezca: La locura humana es el león enjaulado, que , hambriento, descubre como escapar de la jaula.

En estos días que corren, las palabras paz, justicia, derechos y libertad son conceptos muy subjetivos, en los que por mucho que digamos que son universales e inviolables, se podrían dar muchos ejemplos de  lugares donde las personas desconocen los significados de estos conceptos -incluso de su propia existencia- y de lo que estos conllevan, debido a que la esclavitud es un hecho que ha venido a formar parte de sus vidas de manera innata. Es demasiado doloroso admitirlo, pero siendo realistas a nivel universal, este "progreso" del que tanto presumimos nosotros, los de occidente, ese que tanto nos atribuimos, no es más que una pantalla de humo que nos hemos puesto para no admitir la mentira en la que nos hemos muerto ahogados.

Hoy, como cualquier día, hay voces diurnas, ruidos de coches, fábricas, y un sinfín de iconos capitalistas que nos hacen ver que el mundo es nuestro...pero también  hay en la noche un grito que suena lejano,y dicen al sur, que es la voz del silencio.

martes, 14 de mayo de 2013

Tiempo al tiempo

Quizá es la desesperación lo que hace poco paciente al ser humano, o quizá es el mero egoísmo que le mueve a ser como tal, el que le hace sentirse completo e invulnerable. Este pensamiento que nos viene acechando desde que somos pequeños, esos aires de superioridad que nos hemos otorgado desde hace muchos siglos, incluso milenios, ha hecho que a día de hoy el propio ser humano sea una amenaza, y sí, de hecho, lo es. Tenemos entre nosotros ese "ansia de inmortalidad" que nos persigue durante nuestras vidas, y que, observamos, como la ciencia y la tecnología nos dan la mano para cumplir ese sueño, que quizá no llega a cumplirse del todo, pero si deja más tiempo de espera para  un posible remedio para nuestra deidad.

No solo pretendemos ser la cúspide de la pirámide dentro de la tierra -por no decir del universo- si no que, incluso dentro de el propio ser humano, su propia especie, se achacan diferencias que hace que haya conflictos incluso dentro de ella misma, tales, como fue el Holocausto, la Inquisición, o la exterminación armenia de 1915. Hemos intentado pasar por una criba una cosa inexistente: la búsqueda del ser humano perfecto, y ese error nos ha llevado que a día de hoy seamos, no solo el ser vivo menos respetable y patético, sino que podríamos llamarnos a sí mismos como un cáncer de nuestra propia especie. Y sí, has leído bien, un cáncer, que se inició en sus principios como algo sin importancia cuando la Tierra aún era verde y pura, y que se ha ido extendiendo como si fuera una metástasis por todo el planeta, arrasando con todo, sin importarle nada, sin importale incluso sus propias experiencias ¿Nadie recuerda que pasó en la isla de Pascua?. Hoy en día, ese planeta verde se ha transformado en un astro cubierto por una nube gris, donde el capitalismo es el lenguaje de toda comunidad, donde el rico vive a costa del explotado y encima, presumimos de que existen "derechos humanos". Desde mi punto de vista, no solo estamos pintando un mundo inexistente, sino que estamos destrozando lo poco que queda de nuestra realidad. A día de hoy, lo único que nos importan son los bienes materiales ¡Estamos en crisis! ¡Hay que ahorrar!, y con este pensamiento buscamos una manera de solventar este problema que inunda nuestra mente, al puro estilo maquiavelista: " El fin justifica los medios, y el éxito, las acciones" no nos importa que ocurra en este mundo, lo que pretendemos es conseguir nuestros objetivos, aunque lo que le afecte al mundo nos afecte indirectamente.

Con todo esto ya dicho, he de admitir, que este sentimiento de vergüenza hacia mi persona me asume cada vez más y más, viendo que la mayoría de nosotros, somos ciegos hacia nuestra propia realidad, donde no tenemos ni idea que estamos haciendo ya con el hecho de existir.Es cierto que si estamos aquí su razón tendrá, pero no hacemos nada para mejorar esta situación en la que estamos actualmente, nos quedamos perplejos ante una grafica que tiende a negativo, en un mundo donde día a día observamos en la noticias masacres, asesinatos, catástrofes inducidos, y casuados por el hombre, que no solo ocurren en las zonas donde nos alojamos, en ese conjunto de pisos y casas en serie, uno tras otro, sino que también se lo causamos a la naturaleza, y pensar que fue ella quien nos creó y dio forma, quien nos ha hecho evolucionar a ser lo que somos hoy...
Sin lugar a dudas, un día no muy lejano todo este sueño será una realidad, que ahora es surrealista, y se podrá algún día confirmar que seremos como aquellos isleños de Pascua: Artífices de nuestra propia destrucción.

sábado, 11 de mayo de 2013

Controversy

Empiezo a ver cara a cara mi propia ánima, , ya desteñida , opaca y desgastada por todos estos efímeros años. Fría, se esconde dentro de mí, reflejándome un vacío que sólo al exterior pasa desapercibido. Un vacío sin forma, sin expresión definida, que yo mismo interpreto, comprendo, y siento.
Quizá es cierto que es un error este silencio en el que estoy envuelto, pero tengo que admitir que ese extraño que vino a mi vida camuflado ha sabido actuar como un buen simbionte, llegando a ser a día de hoy, parte de mi propio ser. A estas alturas ya no existen arrepentimientos, no existe marcha atrás, no hay nada que pueda cambiar los hechos de mis razonamientos, ni mi cruda verdad, la cual, interpreto a mi gusto, como si la pudiera controlar. Vivimos en un mundo asumido en el drama, creo que se le podría atribuir el concepto de " droga silenciosa", ya que toda la sociedad está asumida en esta. En esta sociedad drogadicta, los valores están - y estarán- siempre deformados por la opinión pública, ya no existe "lo preestablecido", hemos dejado ese concepto clásico por " lo políticamente correcto" o " lo que dicta la ley". Es por esta razón por la que ya no sé quién soy, ni que debo hacer, ante tantas verdades ¿Cuál es la que se aproxima a la verdad absoluta? ¿Es la mía una verdad ficticia? ¿Una verdad a medias? Es esta razón por la que el silencio es un buen amigo, con él, obtenemos un mundo de calma externa, pero vivimos un caos interno, lleno de deseos imposibles, rozando lo grotesco. A día de hoy, una gran parte del mundo vive en un caos interno, donde la lucha por demostrar que tu verdad es la que vale queda inexistente. Casos a recordar como La revolución francesa es un claro ejemplo de liberación de caos interno, donde se luchó por una verdad común a todos, donde el silencio existía sin caos, donde no había hipocresía social, pero todo esto ha quedado en mera historia, y está muy lejos de repetirse, por no decir que es imposible.
Y mientras tanto, sigue lloviendo, pasan los días, gente viene y gente va, y todo queda como si nada, en esta libertad conquistada por el silencio, donde no hay jaque al rey, sino encrucijadas a los peones, esos que hicieron tanto por la patria, esos que ahora no son más que carne de perro desterrada de la legalidad.

sábado, 4 de mayo de 2013

Otra llama apagada.

He estado creyendo en algo imposible, como si fuera inhumano, y ahora observo perplejo lo que es real y mía ficción. Vuelvo a ver rojizo en mi subconsciente, y siento en mí un abismo en medio de la tempestad, donde cada vez es más cercano este sentimiento de horror, donde mi error me arrastra hacia mi libertad.
Odio esta desesperanza que me lleva contaminando lentamente desde años atrás, donde no hay diferencia entre sol y luna, tristeza o felicidad. A día de hoy me siento incomprendido,viendo que no sabías, ni sigues sabiendo, nada de mí, solo mi nombre, pero sin mi historia. Ya creo que es hora de seguir mi rumbo en otro lugar, lejos de aquí, y del concepto de vida al que cualquiera se aferra sin dudarlo. No me odies por ello, ya que no soportaría que después de todo, me odiara por esto lo único que puedo tomar como parte de mi ser. 
Constantes, duras, y frías puñaladas he recibido en este, mi periodo juvenil, y ahora no veo en mí condiciones de continuar en una nueva etapa, no soportaría una cicatriz más que me recordara día a día este deseo permanente que, por temor, no llega a cumplirse, inundándome así en un sufrimiento eterno y egoísta.
Si lees esto algún día, no busques en mí un tictac, pues me habré desterrado de este infierno que vive mi mente, única luchadora de mi verdad, que al tropiezo en su mentira se topó con su desgracia en mi fin, mi castigo y mi ahora... realidad.