Artifice de mi propia destrucción

miércoles, 15 de agosto de 2012

Hipocresía

No será nunca la primera vez que alguien nos decepciona, cuando todo crees que va sobre ruedas, que va todo genial, siempre te espera el sablazo por la espalda, esos que duelen tanto, de los que quedan cicatrices.Siempre hay que estar preparados para todo tipo de imprevistos,nuestra vida es como un barcos navegante, hay días que navegamos en un mar calmado, otra en una tempestad inacabable, y no siempre todo acaba como queremos.Todo nuestro alrededor, no esta rodeado de gente encantadora que esta siempre para todo, nunca lo ha estado, el mundo esta lleno principalmente de hipócritas, las verdaderas personas que forman parte de tu vida se cuentan con los dedos de las manos, y siempre, siempre sobran dedos.Pero no es malo siempre tener una mala experiencia, a mi parecer, conocer una persona hipócrita, y que te lo haga pasar mal por un tiempo, te hace fuerte, y, aunque haya veces que te cierre del resto de personas,pasa como Lazarillo, sí, ese personaje de la novela picaresca.Lazarillo se fiaba de su primer dueño, y gracias a lo egoista que fue con él, le enseño a que no todo el mundo era como él pensaba, y, aunque, lamentablemente, la inocencia de un niño de 5-7 años se perdiera, descubrió que hay veces que hay que hacer cosas para tu propio interés, sin importarte los demás, y aunque esto sea un poco egoísta por tu parte, es algo que se debe hacer si quieres conseguir lo que te quieres proponer, de otro modo ¿Cómo conseguirás tus propositos? ¿Fiandote de cualquier persona? No pretendo decir que no confíes en nadie, simplemente, que si lo vas ha hacer, que estés seguro que esa persona estará tanto en los buenos como en los malos momentos, y que no es ninguna moneda de dos caras. 

La hipocresía es el colmo de todas las maldades. Molière

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