Artifice de mi propia destrucción

domingo, 23 de diciembre de 2012

Inconsciente.



Fuiste el silencio de un ácido interior
Caminante en esas crudas entrañas
Mas hielo mercurio ahoga sin temor
El dolor sufrido ante amargas hazañas

Silenció mi voz sin alguna elección,
Y quemó  petalos, sin sed, ni horror
Porque otra opción no daba tuya razón
En suyo escondite, herido de vil dolor.

Ya en vano, recuerdo esas raices vivas
Unidas a ese calido viento invernal
Anhelo toda cosa... que quedó atrás

¡Que Dios se ampare de este necio traidor
Suicida en él, su propio mundo inmortal
Sin alma, esencia, ni insensible valor!

¿Podrá encontrar su final?
¿Ese, que el tiempo se llevo?










No hay caminos verdes, ni oscuros amaneceres, cada día somos más ignorantes de lo que nos rodea, y nos afligimos a culpar a otros para saciar nuestro sentimiento de culpa, sentimiento del que muchos se desentienden, y en cambio, otros muchos continuan con este peso hasta el resto de sus vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario