Artifice de mi propia destrucción

sábado, 28 de septiembre de 2013

Sufro aterrado al ver
Como pasan los días,
Desde una puerta cerrada,
Por una ventana dormida,
Entre luces apagadas,
Apagadas luces umbrías,
Que noche y día vibrantes
En silencio sufren amortajadas
Buscando armonía.

Sin voz ni alma llameante,
Caminos se hacen en la incertidumbre.
Caminos tristes, cansados, con estrías.
Dudosas sendas vacías, sin vida,
Que entre susurros esconden
El secreto de un dolor no compartido,
Y de su vil silencio florecen
Crueles corazones mordidos,
Opacas voces anónimas
Y una luz efímera
La gran quimera del valle de los caídos.

Ahora,miro al cielo, con agonía,
Sea tuya, quizá mía,
O de alguien que no ansía,
 Con sufrimiento o alegría huir,
Evitar voces de luto.
Luto frío y astilloso
 Luto gélido, que escupe victorioso.
 Luto que arrastra a ese,
 Encolerizado vendaval de almas perdidas,
 Que escarlata rocía la ausencia
 De un rojo ya fenescido,
 A donde yace la indiferencia,
 Donde ha caído el olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario