Artifice de mi propia destrucción

sábado, 4 de mayo de 2013

Otra llama apagada.

He estado creyendo en algo imposible, como si fuera inhumano, y ahora observo perplejo lo que es real y mía ficción. Vuelvo a ver rojizo en mi subconsciente, y siento en mí un abismo en medio de la tempestad, donde cada vez es más cercano este sentimiento de horror, donde mi error me arrastra hacia mi libertad.
Odio esta desesperanza que me lleva contaminando lentamente desde años atrás, donde no hay diferencia entre sol y luna, tristeza o felicidad. A día de hoy me siento incomprendido,viendo que no sabías, ni sigues sabiendo, nada de mí, solo mi nombre, pero sin mi historia. Ya creo que es hora de seguir mi rumbo en otro lugar, lejos de aquí, y del concepto de vida al que cualquiera se aferra sin dudarlo. No me odies por ello, ya que no soportaría que después de todo, me odiara por esto lo único que puedo tomar como parte de mi ser. 
Constantes, duras, y frías puñaladas he recibido en este, mi periodo juvenil, y ahora no veo en mí condiciones de continuar en una nueva etapa, no soportaría una cicatriz más que me recordara día a día este deseo permanente que, por temor, no llega a cumplirse, inundándome así en un sufrimiento eterno y egoísta.
Si lees esto algún día, no busques en mí un tictac, pues me habré desterrado de este infierno que vive mi mente, única luchadora de mi verdad, que al tropiezo en su mentira se topó con su desgracia en mi fin, mi castigo y mi ahora... realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario