Artifice de mi propia destrucción

martes, 14 de mayo de 2013

Tiempo al tiempo

Quizá es la desesperación lo que hace poco paciente al ser humano, o quizá es el mero egoísmo que le mueve a ser como tal, el que le hace sentirse completo e invulnerable. Este pensamiento que nos viene acechando desde que somos pequeños, esos aires de superioridad que nos hemos otorgado desde hace muchos siglos, incluso milenios, ha hecho que a día de hoy el propio ser humano sea una amenaza, y sí, de hecho, lo es. Tenemos entre nosotros ese "ansia de inmortalidad" que nos persigue durante nuestras vidas, y que, observamos, como la ciencia y la tecnología nos dan la mano para cumplir ese sueño, que quizá no llega a cumplirse del todo, pero si deja más tiempo de espera para  un posible remedio para nuestra deidad.

No solo pretendemos ser la cúspide de la pirámide dentro de la tierra -por no decir del universo- si no que, incluso dentro de el propio ser humano, su propia especie, se achacan diferencias que hace que haya conflictos incluso dentro de ella misma, tales, como fue el Holocausto, la Inquisición, o la exterminación armenia de 1915. Hemos intentado pasar por una criba una cosa inexistente: la búsqueda del ser humano perfecto, y ese error nos ha llevado que a día de hoy seamos, no solo el ser vivo menos respetable y patético, sino que podríamos llamarnos a sí mismos como un cáncer de nuestra propia especie. Y sí, has leído bien, un cáncer, que se inició en sus principios como algo sin importancia cuando la Tierra aún era verde y pura, y que se ha ido extendiendo como si fuera una metástasis por todo el planeta, arrasando con todo, sin importarle nada, sin importale incluso sus propias experiencias ¿Nadie recuerda que pasó en la isla de Pascua?. Hoy en día, ese planeta verde se ha transformado en un astro cubierto por una nube gris, donde el capitalismo es el lenguaje de toda comunidad, donde el rico vive a costa del explotado y encima, presumimos de que existen "derechos humanos". Desde mi punto de vista, no solo estamos pintando un mundo inexistente, sino que estamos destrozando lo poco que queda de nuestra realidad. A día de hoy, lo único que nos importan son los bienes materiales ¡Estamos en crisis! ¡Hay que ahorrar!, y con este pensamiento buscamos una manera de solventar este problema que inunda nuestra mente, al puro estilo maquiavelista: " El fin justifica los medios, y el éxito, las acciones" no nos importa que ocurra en este mundo, lo que pretendemos es conseguir nuestros objetivos, aunque lo que le afecte al mundo nos afecte indirectamente.

Con todo esto ya dicho, he de admitir, que este sentimiento de vergüenza hacia mi persona me asume cada vez más y más, viendo que la mayoría de nosotros, somos ciegos hacia nuestra propia realidad, donde no tenemos ni idea que estamos haciendo ya con el hecho de existir.Es cierto que si estamos aquí su razón tendrá, pero no hacemos nada para mejorar esta situación en la que estamos actualmente, nos quedamos perplejos ante una grafica que tiende a negativo, en un mundo donde día a día observamos en la noticias masacres, asesinatos, catástrofes inducidos, y casuados por el hombre, que no solo ocurren en las zonas donde nos alojamos, en ese conjunto de pisos y casas en serie, uno tras otro, sino que también se lo causamos a la naturaleza, y pensar que fue ella quien nos creó y dio forma, quien nos ha hecho evolucionar a ser lo que somos hoy...
Sin lugar a dudas, un día no muy lejano todo este sueño será una realidad, que ahora es surrealista, y se podrá algún día confirmar que seremos como aquellos isleños de Pascua: Artífices de nuestra propia destrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario